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Autores
del Puerto Sardin Arquitectos
Bárbara Berson
Cristian Oliva
Camilo Oliva
Pedro Caparrós

Superficie aproximada 5.000 m2
Año 2020

INTEGRACION DE ARQUITECTURA, PAISAJE Y ARTE – EDIFICIO MONTAÑA
Se concibe un museo como experiencia de arte, naturaleza y arquitectura. Se trata un nuevo museo para experimentar el mejor arte local y regional, a partir de una arquitectura conciliadora con el paisaje.
Un edificio escalable como una montaña, para vivenciar el arte y descubrir obras de la colección a cielo abierto. El visitante experimenta la aventura de descubrir el museo, su cuerpo en movimiento trepa las cubiertas-rampa para descubrir obras de arte y las mejores vistas al parque, a la ciudad y a la naturaleza.
Museo como metáfora de las montañas circundantes presentes en toda la geografía chilena. El coronamiento del edificio se descompone en un conjunto de cubiertas longitudinales con diferentes pendientes. El museo se convierte de esta manera en juego y aventura participativa. Surge un nuevo hito urbano, un referente y culminación del parque del Bicentenario.
ARTICULACION ESPACIAL- ESCALERA EN CASCADA – SISTEMA DE SALAS
Se propone un edificio con espacios fluidos e interconectados para generar riqueza en el paisaje interior del museo. El lobby es un espacio dinámico e integrador de múltiples programas. Es allí donde se encuentra la recepción con la boletería y los guardarropas, la cafetería, la librería, el salón de usos múltiples y la biblioteca, y desde donde se balconea a la sala mayor y se visualiza la sala superior y el acceso al restaurante en el último nivel. Allí se encuentran el montacargas y el ascensor acristalados y el sistema de importantes escaleras en cascada que articulan todos los niveles del museo. Se logra de esta manera generar química de espacio público, con la confluencia de flujos horizontales y verticales y el encuentro de todos los programas. Las salas expositivas se articulan espacialmente unas con otras a partir de balconeos sobre las dobles alturas que generan conexiones visuales que sorprenden al visitante.
EL EDIFICIO Y SU ENTORNO – PAISAJE SONORO
El museo se articula con el verde del parque a través de una serie de estanques de agua como elemento contrastante y reflejante. De esta manera se espeja y duplica la figura del edificio. El sonido del agua en movimiento prepara al visitante a internarse en el mundo del arte, alejándose del sonido de la ciudad. Tanto en la cara norte como en la sur, en los estanques y las cascadas, el agua se derrama produciendo un sonido que reverbera en los oídos. El paisaje sonoro acompaña el recorrido. Un suave murmullo acuático invita a la contemplación de las esculturas expuestas, todo orquestado por la música del agua.
ACCESOS
Se trata de un museo abierto, participativo y dinámico. El acceso al interior del edificio se plantea desde el parque, atravesando un espejo de agua con obras de arte. Hacia el norte, una gran rampa articula el Paseo de los Plátanos con el acceso al museo. El acceso a las cubiertas (concebidas como museo a cielo abierto), se plantea tanto desde el Paseo de los Plátanos como desde el parque hacia el oeste. El acceso de servicio al subsuelo se encuentra en la cara sur. La cafetería del primer piso y el restaurante del nivel superior, también tienen acceso independiente.

RECORRIDOS Y ARMADO DE MUESTRAS
Se concibe Museo y Arte como obra total. El edificio como un lugar vivencial que repercute sobre las obras expuestas. La articulación espacial con balconeos entre las salas y entre ellas y el lobby, crean un paisaje donde el visitante se siente inmerso en el mundo del arte.
El museo se convierte en una secuencia intercambiable de contenedores espaciales expositivos que permite múltiples posibilidades de recorrido y armado de muestras. Las grandes salas se pueden compartimentar con facilidad.
Las dimensiones y alturas de las cuatro salas así como sus características espaciales son diferenciadas, para habilitar diversidad de muestras.
EL MUSEO Y LA LUZ
Grandes carpinterías iluminan naturalmente los espacios. En las salas expositivas la iluminación es filtrada con parasoles que deflectan la luz que accede de forma indirecta para proteger las obras de arte y evitar deslumbramiento. Las obras de arte son vistas con luz natural para que los visitantes noten sus continuas variaciones según la hora del día y la estación del año. Pisos de cristal que se encuentran en el ingreso a las cubiertas desde el Paseo de los Plátanos, capturan la luz natural, generando un efecto dramático en el remate de las salas. Dos monumentales ventanales en la fachada sur constituyen el remate de los accesos a la sala principal y a la sala que se encuentra sobre ella, permitiendo las mejores vistas del skyline de la ciudad y las montañas.
Sobre el hall principal un importante lucernario permite la iluminación cenital del gran espacio, inyectando luminosidad en el corazón del edificio hasta la planta del subsuelo a través de los vacíos.
Las aéreas de oficinas y las salas de educación ubicadas en el subsuelo, tienen iluminación natural a partir de un patio lineal.
De noche el museo se convierte en un faro que irradia un resplandor para ser visto a distancia. El edificio convertido en obra de arte urbano, deviene nuevo referente en la ciudad.
EL RESTAURANTE COMO MIRADOR A LA CIUDAD Y AL PARQUE
El restaurante se aloja en el nivel superior con las mejores vistas. Hacia el sur mira al paisaje de la ciudad y la montañas a través de una singular carpintería de forma poligonal irregular. Se expande hacia el norte con una terraza escalonada con las mejores vistas al parque. Tiene también acceso independiente desde el Paseo de los Plátanos.

ESPECIFICACIONES TÉCNICAS
La estructura del edificio es de hormigón armado combinando muros, columnas y losas alivianadas. Las fundaciones se componen de bases continuas de hormigón armado. El edificio se estructura como un conjunto de cuerpos rectangulares longitudinales con cubiertas con pendientes diferenciadas pero que comparten los apoyos estructurales. Una serie de muros perpendiculares a la dirección de los cuerpos longitudinales colaboran con la estructura resistente conformando un conjunto antisísmico.
Los cerramientos exteriores se componen de carpinterías de aluminio y doble vidriado hermético. Los parasoles son de madera así como los cierres ciegos en la fachada sur.
La totalidad de las cubiertas son accesibles y combinan aéreas con tierra y vegetación nativa y caminos con losetas de hormigón pigmentado lavado.
Los pavimentos interiores son de madera y hormigón alisado y los exteriores de hormigón lavado y granítico.
ESTRATEGIA SOSTENIBLE
Se plantea un diseño sostenible desde la concepción misma del proyecto. Se logra un óptimo confort térmico evitando el empleo de tecnología y gasto de energía.
Las adecuadas aislaciones en las envolventes permiten optimizar el clima interior. En la cara sur un muro multicapa (tabique de hormigón, aislación de lana de vidrio y revestimiento exterior de madera) provee la necesaria aislación térmica. Las carpinterías con doble vidriado hermético aíslan adecuadamente y el empleo de parasoles protege de la radiación solar directa. Las cubiertas-jardín son un escudo al calor y evitan pérdidas.
Los estanques de agua en las caras norte y sur del edificio refrescan y humectan la atmósfera del entorno del museo.
Se emplea luz natural para iluminar los espacios interiores. Los programas complementarios como el lobby, la cafetería y el restaurante están orientados al norte, mientras que las salas reciben luz indirecta para proteger las obras de arte expuestas.
Toda la iluminación exterior se alimenta de energía solar y la iluminación de baños y servicios ahorran energía con sensores de movimiento.
El edificio genera un impacto positivo, a partir de la vegetación en las cubiertas, integrándose al paisaje del parque. Al mismo tiempo que contrarresta los efectos de “isla de calor”, absorbe gases de efecto invernadero y filtran partículas de polvo y contaminación.
Se emplea vegetación nativa con los beneficios de conservar la biodiversidad y requerir muy poco mantenimiento al estar mejor adaptadas al suelo y al clima.