2011- Arte en la SCA

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OCTUBRE 2011

Buenos Aires gris y sepia.

Veo a Buenos Aires como una ciudad gris y sepia.
En la infinidad de terrazas y medianeras de un gris manchado con sepia.
En ese rió marrón de proporciones marítimas.
Nostálgica por estos colores que tiñen todo, hasta nuestra memoria de la ciudad cuando estamos lejos.

Es una ciudad nostálgica así como lo es nuestra historia y el tango que tan bien nos representa, existe una cierta tristeza metafísica.
Esta historia, como dice Sábato es una suma de episodios que generaron sentimientos reiterados de nostalgia: en los primeros españoles, porque añoraban su patria lejana; luego en los indios, porque añoraban su libertad perdida, su propio sentido de la existencia; mas tarde, en los gauchos desplazados por la civilización gringa exiliados en su propia tierra, rememorando la edad de oro de su salvaje independencia; en los viejos patriarcas criollos porque sentían que aquel tiempo de generosidad y de cortesía se había convertido en el tiempo de la mezquindad y la mentira; y en los inmigrantes porque extrañaban su viejo terruño, sus costumbres milenarias, sus leyendas, sus navidades junto al fuego.

A veces, observo la ciudad y contemplo un continuum sin identidad sin límites, un verdadero desierto gris y sepia que oprime el murmullo de voces humanas.
Por todo esto me interesa hacer retratos subjetivos, que si bien son de Buenos Aires también representan a la ciudad contemporánea occidental, alejada de la naturaleza, escindida de la tierra. Mostrar la pérdida de la cosmicidad urbana, el hombre alienado,
arrancado del cosmos.
Las imágenes aéreas son desiertos desolados, vaciados de vida, hostiles y anónimos.

La ciudad como cáncer en la corteza terrestre…